¿A dónde vamos a parar?

A lo largo del tiempo, el ser humano se ha ido adaptando a las demandas de su entorno, impulsado por los cambios sociales y tecnológicos que han impactado al mundo. Hemos evolucionado para adaptarnos y sobresalir.

Entiendo que los cambios son positivos y, aunque a veces resulta difícil aceptarlos, pueden aportar a la sociedad y enriquecer nuestras vidas. Sin embargo, me gustaría abordar el lado humano que ha sido afectado por estos cambios.

Si observamos a nuestro alrededor, parece que solo estamos esperando a que alguien cometa un error para grabarlo y hacer chistes a expensas de esa persona, sin tener en cuenta su estado de ánimo ni los posibles peligros a los que se expone.

Con las redes sociales, todo se vuelve viral y todo se convierte en una comedia. Ya no nos ponemos en el lugar de los demás, sino que lo importante es alcanzar la fama a costa de humillar a quienes nos rodean.

Hemos perdido nuestra humanidad. El mundo se ha convertido en una jungla donde debemos luchar contra el acoso. No sé si intentamos llenar un vacío existencial hundiendo a los demás y atacando su vulnerabilidad para sentirnos poderosos, o si es nuestro lado animal el que intenta extinguir la humanidad que poseemos.

Recordemos que somos seres pensantes, llenos de sentimientos y emociones, y, sobre todo, con la esperanza de que el mundo sea un lugar mejor. Por eso, les pido que luchemos para que la humanidad no muera y que tomemos conciencia de nuestra responsabilidad.

¡Todavía estamos a tiempo!

¿A dónde vamos a parar?