Recordando la Tragedia de Río Verde: 76 Años Después, el Luto Permanece en Santiago y en el Deporte Nacional.
Rey Durán
Por Anthony Almonte
La fatídica jornada del 11 de enero de 1948 quedó grabada en la memoria colectiva del deporte dominicano cuando un accidente aéreo arrebató la vida de 18 jugadores del Santiago Baseball Club, marcando un hito trágico en la historia del equipo y del país. El grupo de peloteros, junto con sus acompañantes, abordó el avión modelo DC-4 Douglas de la extinta Dominicana de Aviación con destino a Santiago de los Caballeros, pero desafortunadamente, la aeronave se estrelló en las montañas de Río Verde en Yamasá, provincia de Monte Plata.
El vuelo, que partió de Barahona, tenía como objetivo cumplir con los compromisos del Campeonato Nacional, que había iniciado en diciembre de 1947. Antes del fatal desenlace, los jugadores de Santiago habían enfrentado a las Estrellas del Sur en un emocionante doble partido, en el cual se dividieron las victorias. El destino de estos atletas y sus acompañantes tomó un giro trágico e inesperado, convirtiéndose en un episodio sombrío que dejó una profunda huella en el ámbito deportivo y en la comunidad en general.
El recuerdo de aquel suceso luctuoso sigue resonando después de más de siete décadas, recordándonos la fragilidad de la vida y la imprevisibilidad de los acontecimientos. La pérdida de estos talentosos jugadores no solo impactó al Santiago Baseball Club, sino que también dejó una marca indeleble en el corazón de los aficionados al béisbol y en la historia deportiva de la República Dominicana.
En ese fatídico accidente, la tragedia se cebó con la casi totalidad de los integrantes del equipo Santiago BBC, quienes, con nombres como Aquiles Martínez, Loro Escalante, Bombo Ramos, Chino Álvarez, Pedro Báez (Grillo A), Bebecito del Villar, Toñito Martínez, Alberto "Mimo" Estrella, Manuel Tatis (Sancho), Papito Raposo y Víctor Saint Clair (Papito Lucas), vieron sus vidas truncadas de manera abrupta y dolorosa.
Asimismo, entre los componentes del equipo que también sucumbieron a la tragedia se encontraban figuras destacadas como Antonio Devora, Boquita Jiménez, Fernando Valerio, Yeyo Hernández, Pepillo Aybar, Maximiliano Rivera (Puchulan) y Miguel Tatis Rodríguez.
El luto se extendió más allá de los jugadores, alcanzando a los acompañantes que compartían el vuelo fatal. Belarminio López, Luis Luque, Luciano Hernández, Amaldo Cabral, Manuel Tejada, Virgilio de Peña, Miguel Albaine, Enrique Diloné, Enrique Henríquez, Francisco Collado, Elpidio Victoria, Carlos Manuel Rodríguez, Ramón María Hernando y José del Carmen Ramírez fueron igualmente víctimas de ese trágico destino.
En medio de la desolación y el dolor, resalta un atisbo de esperanza en la figura de Enrique "El Mariscal" Lantigua, el único sobreviviente de la tragedia de Río Verde. Su ausencia en el fatídico vuelo lo convirtió en el testigo único de la devastación sufrida por sus compañeros, amigos y seres queridos. Su historia, marcada por la supervivencia en medio de la tragedia, añade una dimensión de asombro y reflexión sobre la fragilidad de la existencia y la imprevisibilidad de los eventos que configuran nuestras vidas.
La Asociación de Cronistas Deportivos de Santiago (ACDS) asume anualmente la tarea de conmemorar la tragedia de Río Verde, un evento que dejó una profunda marca en la historia del deporte dominicano. Este compromiso va más allá de un simple homenaje a los deportistas fallecidos; también representa un gesto de respeto hacia sus familias y una oportunidad para reflexionar sobre el significativo legado que estos jugadores dejaron en el béisbol. La ACDS, como defensora de la difusión de la cultura deportiva, busca mantener viva la memoria de aquel fatídico 11 de enero de 1948, utilizando eventos conmemorativos y difusión en medios para resaltar la valía de estos atletas y su contribución al enriquecimiento del béisbol dominicano.
La memoria de la tragedia se convierte en un momento de unidad y reflexión para la comunidad deportiva y la sociedad en general. La ACDS no solo busca honrar la memoria de quienes perdieron la vida en el accidente, sino también fomentar el reconocimiento del legado de los jugadores que integraban aquel equipo, cuyo impacto trasciende las fronteras del deporte para convertirse en parte integral de la identidad deportiva de la República Dominicana.