Israel responde a ataque iraní con bombardeos selectivos

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En respuesta a un ataque con misiles perpetrado por Irán el pasado 1 de octubre, Israel lanzó un contraataque en la madrugada de este sábado, centrando sus objetivos en instalaciones clave de producción y lanzamiento de misiles en territorio iraní, además de otras infraestructuras militares aéreas, según confirmó el gobierno israelí. Aunque no se especificaron todos los detalles, la ofensiva fue vista como una acción cuidadosamente dirigida a reducir las capacidades militares iraníes.

El ataque inicial de Irán fue justificado por el gobierno de Teherán como represalia por la muerte de altos líderes de grupos armados respaldados por Irán, como Hezbollah y Hamas, quienes fallecieron tras bombardeos israelíes en Beirut y un ataque en Teherán. Uno de los líderes fallecidos en estos ataques fue Hassan Nasrallah, jefe de Hezbollah, y el general de brigada iraní Abbas Nilforoushan. Aunque Israel no ha confirmado ni desmentido su participación en estos incidentes, los ataques elevaron las tensiones entre ambos países.

Este conflicto entre Israel e Irán se enmarca en una serie de hostilidades que ya habían incluido ataques con drones y misiles en meses recientes, y que reflejan una rivalidad de larga data intensificada tras el apoyo iraní a grupos armados en la región. Mientras Irán continúa fortaleciendo su arsenal de misiles y drones, Israel mantiene su posición de neutralizar lo que percibe como una amenaza existencial, especialmente ante el temor de un programa nuclear iraní que, aunque niega tener fines militares, ha sido foco de tensiones internacionales.

Las capacidades militares de ambos países reflejan las marcadas diferencias en sus estrategias defensivas. Israel, con una de las fuerzas aéreas más avanzadas, cuenta con el respaldo de Estados Unidos y sus aliados en la región, mientras que Irán, aunque cuenta con un vasto arsenal de misiles, busca modernizar sus sistemas de defensa con ayuda de Rusia. La distancia de aproximadamente 1,000 km entre ambos países sigue siendo un obstáculo, aunque ambos han demostrado poder alcanzar objetivos estratégicos en territorio enemigo.

Este nuevo capítulo de confrontación ha reafirmado la tensa relación que mantienen Israel e Irán desde hace décadas. Desde la Revolución Islámica de 1979, Teherán ha adoptado una postura de oposición hacia Israel, y su liderazgo ha expresado con claridad su rechazo al Estado israelí. Por su parte, Israel continúa en alerta ante cualquier desarrollo militar iraní, mientras la comunidad internacional observa con cautela el rumbo que tomen las acciones de ambas naciones.