REDUCCIONISMO ANTE LA CUESTIÓN DE GÉNERO (1)

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• diciembre 7, 2024
• Opinión
• conservadurismo religioso, cuestión de género, derechos de la mujer, equidad de género, feminismo radical, holismo, identidad de género, jtavarez, LGTBIQ+, postverdad, reduccionismo
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Por José Tavárez

El reduccionismo, entendido como la pretensión de explicar situaciones complejas a partir de sus componentes más simples, termina por distorsionar, y en ocasiones falsear la realidad a la que se refiere. Tanto la ciencia como la filosofía desconfían de esta mirada sesgada de las cosas, prefiriendo la actitud opuesta, el holismo. El enfoque holístico es multidimensional, integral y dinámico, procurando captar la esencia de la cuestión.

Hay dos razones principales por las que se cae en el reduccionismo: la ignorancia o la mala fe, siendo esta última más perniciosa, dado que se trata de una acción consciente y bien elaborada para confundir y manipular a los más vulnerables. Bajo el reino de la posverdad, donde importa más el arte de convencer que la verdad misma, la deriva reduccionista navega con el viento a su favor. Aunque esta situación se produce en diversos ámbitos de la vida, queremos centrar la atención en la “cuestión de género”, donde se produce un doble reduccionismo: el que representa el feminismo radical y el expresado por el conservadurismo religioso.

1. FEMINISMO CENTRADO EN EL “GENERISMO RADICAL”: Se trata de un movimiento muy activo cuya agenda prioriza la discusión sobre el tema de la identidad de género, estableciendo un amplio abanico de identidades popularizadas bajo el acrónimo LGTBIQ+ (Lesbianas, Gais, Transgéneros, Bisexuales, Intersexuales, Queer y muchas otras autopercepciones identitarias). Este enfoque deviene reduccionista, a nuestro juicio, por lo siguiente:

1. El excesivo énfasis en la identidad sexual o de género distrae la atención de los temas esenciales del feminismo, como son la lucha por la equidad en los espacios políticos, económicos, judiciales, educativos y culturales.
2. La babel que se produce con la intrincada clasificación, además de generar confusión en torno a lo esencial, resta fuerza a la demanda de reconocimiento de la mujer y fortalece las opiniones adversas de quienes caricaturizan al feminismo.
3. Ocupan los espacios de debate en detrimento de las discusiones en torno a derechos fundamentales que se le siguen negando a las mujeres, incluyendo los reproductivos, de participación política, de no discriminación o violencia por su condición de género, al trato digno y equitativo, entre otros. (Continuará…).