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El progreso humano, desde el nomadismo hasta la era digital, se basa en el pensamiento racional, la ciencia y la tecnología. Las metas personales motivan y organizan nuestras vidas, según el concepto de "finalismo ficticio" de Alfred Adler.

FIJAR METAS CONTRIBUYE A DAR SENTIDO A LA VIDA (y 2)

Ser todopoderoso es un atributo exclusivo de Dios, tal como recogen diversas tradiciones filosóficas y teológicas, incluyendo el cristianismo.

Por José Tavárez

Dando continuidad a nuestra cápsula anterior, hoy nos detenemos en los beneficios relevantes que provienen de tener metas claras:

  1. Enfoque y direccionalidad de la atención: Las metas tienen la virtud de imprimir dirección a nuestro pensamiento y acciones, lo que a su vez previene la ansiedad que genera no saber cómo actuar frente a los imprevistos. Un par de ejemplos para ilustrar: a) Si alguien se propone ahorrar el 10% de su salario, difícilmente se dejará seducir por la publicidad consumista que invita a gastarlo todo y mucho más. b) El estudiante que pretende mejorar su índice académico declinará asistir a la fiesta que se ofrece la noche previa a un examen importante.
  2. Evitar la procrastinación: Procrastinar consiste en posponer tareas o decisiones importantes. En otras palabras, «darle largas a un asunto». Como efecto de esta actitud se acumulan los pendientes y se disparan la ansiedad y el estrés por el vencimiento de los plazos. Esta afectación a la salud mental se puede prevenir fijando metas realistas en cuanto al tiempo y alcance de las tareas previstas.
  3. Organización y control: Cuando los objetivos de nuestro accionar son claros y precisos, se optimizan los recursos, hay un mejor aprovechamiento de la energía vital y se evita el estrés que puede conducir al agotamiento extremo o burnout. Poner orden y controlar los procesos demanda un esfuerzo inicial, pero la recompensa en términos de efectividad y sosiego lo justifica.
  4. Sistematización y perseverancia: Alcanzar logros en la vida se parece más a una carrera de fondo que a un sprint. Tener metas claras nos mantiene motivados y nos ayuda a perseverar cuando aparecen dificultades. Una estrategia basada en metas graduales y bien definidas reduce la fatiga y nos preserva de caer en estados ansiosos o depresivos.
  5. Sentido de logro y crecimiento personal: Cada meta alcanzada nos devuelve la satisfacción de sentir que podemos, lo que fortalece la autoestima y el impulso vital. Sin embargo, cuando una persona se instala en su zona de confort, rehuyendo los retos que se le presentan, tiende a estancarse en su potencial de crecimiento personal, terminando con sentimientos de culpa y frustración.

Viktor Frankl* (1905-1997) planteó: «Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo». En su obra, El hombre en busca de sentido, establece que «cuando una persona tiene un propósito claro en la vida, siempre encontrará la manera de alcanzarlo, sin importar las dificultades». ¡Que no nos falten metas y propósitos claros es la clave para la felicidad que procuramos¡

* Psiquiatra y neurólogo vienés, sobreviviente del Holocausto y fundador de la Logoterapia.

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