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El Banco Mundial de Semillas de Svalbard protege más de 1,3 millones de muestras de cultivos esenciales para garantizar la seguridad alimentaria global.

El Arca Vegetal de Svalbard: el refugio global que protege el futuro de la alimentación humana

En el remoto archipiélago de Svalbard, Noruega, se encuentra una de las instalaciones más importantes para el futuro de la humanidad: el Banco Mundial de Semillas, también conocido como la «bóveda del fin del mundo». Este depósito, ubicado en el interior de una montaña a 120 metros de profundidad, alberga más de 1,3 millones de muestras de semillas de más de 6.300 especies provenientes de casi todos los países del mundo. Su objetivo es garantizar la supervivencia de los cultivos esenciales en caso de catástrofes globales, como guerras, desastres naturales o crisis climáticas.

La bóveda, inaugurada en 2008, fue creada por el Gobierno noruego en colaboración con el Centro Nórdico de Recursos Genéticos (NordGen) y la organización internacional Crop Trust. Con una inversión inicial de nueve millones de dólares, esta instalación está diseñada para resistir terremotos, radiación nuclear y otros eventos extremos. Las semillas se almacenan a -18 °C en paquetes de aluminio multicapa, lo que asegura su conservación durante décadas, siglos o incluso milenios. Además, el permafrost circundante garantiza su viabilidad en caso de fallos en el suministro eléctrico.

Un seguro global para la biodiversidad agrícola

El Banco Mundial de Semillas de Svalbard no solo es un depósito, sino también una «póliza de seguro» para otros bancos de genes en el mundo. Actualmente, existen más de 1.700 bancos de semillas a nivel global, como el banco de Camino Verde en EE.UU. o el centro mundial de vegetales en Taiwán. Sin embargo, Svalbard destaca por su capacidad para almacenar hasta 4,5 millones de muestras, lo que lo convierte en el mayor repositorio de biodiversidad agrícola del planeta.

Este banco ha demostrado su utilidad en situaciones críticas. Entre 2015 y 2019, ayudó a reconstruir colecciones de semillas dañadas durante la guerra en Siria. Además, en 2020, los cheroquis se convirtieron en el primer grupo indígena de Norteamérica en depositar semillas de cultivos ancestrales, como el maíz águila blanca, considerado sagrado para su tribu.

Expansión y diversificación de las colecciones

En 2023, el banco celebró su 15.º aniversario con la incorporación de casi 20.000 nuevas muestras de semillas, incluidas variedades de Albania, Croacia, Macedonia del Norte y Benín. A principios de 2025, recibió más de 14.000 muestras adicionales, entre ellas sorgo y mijo de Sudán, judías terciopelo de Malaui y miles de variedades de arroz, judías y maíz de Brasil. Estas adiciones refuerzan su papel como salvaguarda de la diversidad genética global.

Un legado para las generaciones futuras

El Banco Mundial de Semillas de Svalbard no solo protege el presente, sino que también asegura el futuro de la agricultura y la alimentación humana. Con su capacidad para almacenar hasta 2.250 millones de semillas, esta instalación representa un esfuerzo global para preservar la riqueza genética de los cultivos esenciales. En un mundo cada vez más vulnerable a crisis impredecibles, esta «bóveda del fin del mundo» se erige como un símbolo de esperanza y resiliencia.

Imagen: Legion-Media / Svalbard Global Seed Vault / Riccardo Gangale /
Imagen utilizada con fines informativos y periodísticos.

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