El Vaticano, cuya historia ha estado sacudida por escándalos financieros, anunció el miércoles la creación de un procedimiento para informar de anomalías o irregularidades con el fin de luchar contra la corrupción y el fraude.


Este servicio, que entrará en vigor el 1 de febrero, facilitará señalar anomalías en el uso de recursos financieros o materiales, irregularidades en los mercados públicos y actos de corrupción, indicó el Vaticano en un comunicado.


Cualquier asalariado o colaborador podrá señalar las anomalías por escrito o a través de un buzón de correo electrónico, con destino la Oficina del Auditor General, que encabeza el organismo anticorrupción del Vaticano.


Los señalamientos no podrán ser anónimos, bajo pena de ser improcedentes, y la oficina del Auditor General garantizará la confidencialidad del contenido y el anonimato de quien realice el informe, salvo en caso de procedimiento judicial.


La denuncia ética (el “whistleblowing” en inglés) es “uno de los instrumentos más eficaces para luchar contra la corrupción, previsto, entre otras cosas, por la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, a la que la Santa Sede adhirió en 2016”, subrayó el comunicado.


Desde su elección en 2013, el papa Francisco se enfrentó a las complicadas finanzas de la Santa Sede, y creó específicamente un Secretariado para la Economía en 2014, que supervisa las inversiones y las actividades del Banco del Vaticano.


Este anuncio ocurre seis semanas después de la condena por el tribunal penal del Vaticano de un cardenal italiano de alto rango, monseñor Angelo Becciu, a cinco años y medio de prisión, tras un vasto proceso en torno a operaciones financieras en la Santa Sede, un tema que afectó a la imagen de la Iglesia.

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