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Alix Didier Fils-Aimé, nuevo primer ministro de Haití, designado en un proceso de transición democrática

Alix Didier Fils-Aimé asume como Primer Ministro interino en Haití en medio de desafíos para la democracia

En medio de una compleja transición democrática, Haití ha reemplazado a su primer ministro interino. El consejo transitorio del país firmó el domingo un decreto para remover a Gary Conille de su cargo y designar al empresario Alix Didier Fils-Aimé como nuevo primer ministro interino. Esta decisión, que será formalizada oficialmente el lunes, representa otro intento por estabilizar el gobierno haitiano, el cual no ha realizado elecciones democráticas en años debido a la violencia y el conflicto interno.

Fils-Aimé, reconocido empresario haitiano y exlíder de la Cámara de Comercio e Industria de Haití, también fue candidato al Senado en 2015 y cuenta con formación académica en la Universidad de Boston. Su selección busca aportar una visión del sector privado al gobierno, en un contexto marcado por la inseguridad y las tensiones políticas que han obstaculizado el proceso de transición.

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El consejo transitorio, establecido en abril, tiene como objetivo elegir el gabinete de transición de Haití y seleccionar a un primer ministro capaz de liderar el país hacia la estabilidad. Sin embargo, el consejo ha estado marcado por tensiones internas y controversias, ya que varios de sus miembros han sido acusados de solicitar sobornos. Tres de los integrantes, Smith Augustin, Emmanuel Vertilaire y Louis Gérald Gilles, fueron acusados de exigir pagos ilícitos a cambio de puestos gubernamentales, una situación que ha socavado la confianza pública en el proceso. A pesar de ello, todos los acusados firmaron el decreto, excepto uno de los miembros, Edgard Leblanc Fils, quien se abstuvo.

Las diferencias políticas y las acusaciones de corrupción han complicado los esfuerzos de organismos internacionales, como la Organización de los Estados Americanos (OEA), que intentaron mediar en los conflictos dentro del consejo la semana pasada. La intervención de la OEA no logró calmar las disputas internas, dejando en evidencia las dificultades del país para lograr una transición pacífica.

La situación en Haití se torna cada vez más incierta, y la destitución de Conille es solo uno de los numerosos retos que enfrenta el país. La comunidad internacional observa de cerca este cambio en el liderazgo, ya que representa otro intento de encaminar al país hacia una democracia estable en medio de crisis políticas y económicas.

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