Salud mental en República Dominicana: La falta de acceso y los desafíos en su atención

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• noviembre 9, 2024
• Salud
• Pandemia, PUCMM, Salud Mental
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La salud mental en República Dominicana sigue siendo un tema de gran preocupación, especialmente después de los efectos de la pandemia, que dispararon los trastornos de ansiedad y depresión. El país enfrenta importantes desafíos en el acceso a la atención psicológica, un problema que afecta a miles de dominicanos, especialmente entre los más jóvenes. En un reciente foro sobre salud mental, expertos de diferentes campos coincidieron en la necesidad urgente de una mejor infraestructura y recursos para tratar estos problemas.

En los últimos años, la problemática de la salud mental ha tomado un espacio central en las discusiones públicas, impulsada por alarmantes estadísticas de accidentes de tránsito relacionados con el consumo de alcohol y drogas, así como por el alto número de suicidios y casos de depresión. Para abordar estos problemas, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) lanzó un Observatorio de Salud Mental, con el objetivo de realizar investigaciones detalladas y desarrollar políticas públicas que mejoren el acceso a servicios de salud mental en el país.

En este contexto, se destacó la escasez de psiquiatras y psicólogos en el país, con solo 279 psiquiatras para una población superior a los 10 millones de personas. Durante el foro organizado por la PUCMM y el periódico Listín Diario, el psiquiatra Héctor Guerrero Heredia resaltó que las principales causas de muerte en jóvenes son los accidentes de tránsito, las drogas y los suicidios, y que todas ellas están estrechamente relacionadas con la salud mental. “El alcohol es peor que la mariguana. El alcohol es la peor de todas las drogas que existen y esto es por la permisividad de los dominicanos al alcohol», dijo Guerrero Heredia.

Además de la falta de personal, uno de los principales retos que enfrenta la salud mental en República Dominicana es la baja inversión estatal. A pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que sugiere que los países inviertan al menos el 5% de su Producto Interno Bruto (PIB) en salud mental, en el país se destina menos del 1%. Esto se agrava por la escasa cobertura de las aseguradoras y la falta de centros médicos públicos que ofrezcan atención para pacientes con problemas de adicción.

Otro aspecto crucial señalado por los especialistas es la estigmatización que rodea a la salud mental en la sociedad dominicana. La doctora Mariel Núñez, miembro de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, mencionó que la educación sobre salud mental es fundamental para combatir los prejuicios que impiden a muchas personas buscar ayuda. En este sentido, también destacó la importancia de promover campañas de prevención que eduquen a la población sobre la importancia de cuidar su bienestar emocional.

Zoilo García, investigador de la PUCMM, profundizó en los trastornos más comunes que afectan a los dominicanos, destacando que los trastornos de ansiedad y depresión son los más prevalentes. “Antes de la pandemia, de cada 100 dominicanos, 4.7 padecían trastornos depresivos y 5.7 sufrían de ansiedad”, señaló García, quien también explicó que estos trastornos impactan negativamente en la calidad de vida de las personas, afectando su salud física y emocional. Tras la pandemia, la situación empeoró, con un aumento significativo en los casos de ansiedad y depresión.

Para la presidenta del Colegio Dominicano de Psicólogos, Yanis Mejía, uno de los grandes desafíos es el acceso limitado a la atención. Muchas personas deben esperar largos períodos para recibir atención profesional, lo que agrava su situación emocional. “Estamos a la espera de reunirnos con el ministro para ir a las comunidades a llevar educación sobre prevención”, añadió Mejía.

En resumen, la salud mental en República Dominicana enfrenta varios desafíos, desde la falta de educación y recursos hasta la estigmatización de quienes buscan ayuda. Es esencial que el país invierta en la formación de más profesionales y en la creación de infraestructuras adecuadas para tratar estos problemas que afectan a una parte importante de la población.