Desmontando los mitos que perpetúan el estigma de la obesidad

La obesidad es un problema de salud que sigue siendo incomprendido por gran parte de la sociedad, lo que lleva a que quienes la padecen sufran discriminación y estigmatización en diversos entornos, desde centros de salud hasta lugares de trabajo y educativos. Este estigma no solo genera desigualdad en el acceso a oportunidades, sino que también impacta negativamente en el bienestar emocional y psicológico de las personas afectadas. En respuesta a esta problemática, se ha desarrollado una guía con el objetivo de desmentir mitos comunes sobre la obesidad y ofrecer recomendaciones sobre cómo informar adecuadamente sobre este trastorno.

Este proyecto ha sido liderado por tres sociedades médicas españolas: la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Las tres organizaciones consideran fundamental educar a la población sobre la complejidad de la obesidad y sus causas, ya que persiste la creencia errónea de que las personas con sobrepeso son simplemente perezosas o carecen de autocontrol. Estos estereotipos, según la guía, no solo son inexactos, sino que contribuyen a agravar los problemas psicológicos de quienes viven con esta enfermedad.

Rompiendo falsos conceptos sobre la obesidad

Uno de los mitos más extendidos es la idea de que el sobrepeso es solo una consecuencia de comer en exceso y no hacer suficiente ejercicio. Sin embargo, los expertos subrayan que la obesidad es un trastorno multifactorial en el que influyen elementos genéticos, metabólicos, psicológicos, sociales y ambientales. Creer que se trata únicamente de una falta de autocontrol es una simplificación que no refleja la realidad de quienes enfrentan este desafío.

Otro error frecuente es asumir que la obesidad es simplemente una cuestión de responsabilidad personal, cuando en realidad las asociaciones profesionales coinciden en que se trata de un problema de salud pública. De hecho, requiere un tratamiento integral, propio de una enfermedad crónica, que aborde no solo el comportamiento alimenticio, sino también factores emocionales y sociales.

Pequeños cambios, grandes avances

Aunque muchas personas piensan que solo grandes pérdidas de peso pueden marcar una diferencia, la verdad es que incluso una pequeña reducción del peso corporal puede tener beneficios significativos para la salud. La guía enfatiza la importancia de adoptar un enfoque sostenible, con cambios graduales en los hábitos alimenticios y de actividad física, y subraya que contar con apoyo profesional y social es clave para lograr resultados a largo plazo.

Finalmente, se recuerda que, aunque la dieta y el ejercicio son esenciales para cualquier plan de pérdida de peso, no siempre son suficientes por sí solos. Para muchas personas, un enfoque multidisciplinario que incluya apoyo médico, psicológico y comunitario es necesario para lograr un control del peso efectivo y duradero.