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Descubre cómo la natación beneficia la salud cerebral, mejora la cognición y reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.

La natación: el ejercicio ideal para fortalecer el cerebro y prolongar su salud

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Además de fortalecer los músculos y mejorar la salud cardiovascular, la natación se ha posicionado como una gran aliada para la mente, especialmente en edades avanzadas. Diversas investigaciones han confirmado que el ejercicio aeróbico en general favorece la producción de factores de crecimiento neuronal, proteínas esenciales para el desarrollo y mantenimiento de las células nerviosas. Sin embargo, la natación destaca por ofrecer un estímulo único al cerebro.

Esta disciplina exige que el cerebro establezca nuevas conexiones neuronales, activando las neuronas de manera más intensa que otras actividades físicas. Según Seena Mathew, profesora de biología en la Universidad Mary Hardin-Baylor (Texas, EE. UU.), los movimientos bilaterales y coordinados que requiere la natación —como el uso simultáneo de brazos y piernas— involucran ambos hemisferios cerebrales. Cuanto mayor sea esta comunicación entre las dos mitades del cerebro, “más eficientes serán los patrones neurológicos”, lo que se traduce en una mejor capacidad cognitiva.

Jim Cotter, investigador de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), señala que los beneficios cognitivos de la natación se perciben tanto durante como después del ejercicio, incluso si no se practica con frecuencia. Esto no solo favorece a los adultos mayores, sino también a personas en plena capacidad mental. Un estudio de 2019 reveló que nadar mejora el procesamiento visomotor en jóvenes, mientras que otras investigaciones la vinculan con una memoria más aguda y un menor riesgo de padecer enfermedades como el alzhéimer.

Un experimento con ratones en 2023 mostró que la natación incrementa los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), clave para el crecimiento neuronal, la actividad antioxidante y la reducción de proteínas asociadas al alzhéimer. Otro estudio en roedores confirmó que la práctica constante potencia aún más estos beneficios.

La posición horizontal que se adopta al nadar también influye en la salud cerebral. Leena Shoemaker, también de la Universidad de Otago, explica que esta postura favorece el flujo sanguíneo hacia el cerebro, optimizando el suministro de oxígeno y nutrientes. Esto es especialmente relevante con el envejecimiento, cuando el cuerpo enfrenta mayores dificultades para mantener una circulación adecuada hacia el cerebro.

Más que un ejercicio físico

Además de potenciar la memoria, la concentración y la velocidad de procesamiento, la natación tiene efectos positivos en el estado de ánimo y ayuda a reducir el estrés. Esto se debe a que estimula la liberación de endorfinas y otras sustancias que generan bienestar, sumado al efecto relajante del agua, según el portal especializado Swimvice.

La doctora Mathew, nadadora recreativa, califica a la natación como “el ejercicio perfecto” para todas las edades, pero especialmente para adultos mayores. No solo ejercita todo el cuerpo con bajo impacto articular, sino que también fortalece la mente.

Aunque mantener una rutina puede ser difícil con el paso de los años, los expertos insisten en que vale la pena incorporar la natación para preservar tanto la salud física como la mental, cultivando una mente ágil y resistente durante décadas.

Las imágenes utilizadas en este artículo fueron extraídas de Pexels.com bajo su licencia libre de uso comercial.

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