Es decir, puntualizó Rampton, los que eran más productivos y menos estresados eran los que socializaban. “Socializar ayuda a despejar la mente y nos permite descomprimirnos. Hablar con otros nos da la oportunidad de obtener una nueva perspectiva sobre un problema o tarea”.
“¿Qué pasa si trabajas desde casa o eres autónomo? Llama a un par de amigos y almuerza con ellos”, agregó.
10- Ajustar la temperatura ambiente
Científicos finlandeses detectaron que el rendimiento de las personas aumenta si la temperatura ambiente se encuentra en aproximadamente los 21 o 22 grados. El estudio se llevó a cabo en el Laboratorio de Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado de la Universidad Tecnológica de Helsinki.
La División de Tecnologías de
Energía Ambiental del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en Berkeley, estuvo de acuerdo con el estudio de Finlandia. Berkeley también encontró la mayor productividad en alrededor de 71,6 grados Fahrenheit, es decir 22 grados centígrados. Un estudio de la Universidad de Cornell sugiere que los trabajadores que sienten frío cometen más errores.
11- Poner orden
Especialistas de la Universidad de Princeton estudiaron cómo el desorden afecta la productividad y descubrieron que genera que la actividad cerebral disminuya.
El cerebro se distrae demasiado con el desorden e impide rendir mejor. “¿Cuántas veces has tenido que dejar de trabajar en un proyecto porque tenías que buscar una herramienta que necesitabas? Cuando encuentras lo que necesitas, ¿cuánto tiempo te lleva volver a la normalidad?”, preguntó Rampton. Por eso recomendó: “Mantenga su lugar de trabajo limpio y organizado. Siempre devuelve las cosas a donde pertenecen”.

Pero el desorden no es solo del ámbito de trabajo, muchas veces también es mental. June Saruwatari autora del libro Behind the Clutter (Detrás del desorden). Recomendó crear una lista de tareas cada tarde o cada mañana. Ella sugiere jerarquizar las tareas entre las más y menos importantes. Propone ubicar “todo en su propio contenedor mental. Solo abres la tapa cuando estemos listos para lidiar con eso”.
12- Una sola tarea por vez
“El cerebro no puede estar en dos lugares a la vez, por lo que lo que las personas denominan multitarea es en realidad lo que los neurocientíficos llaman cambio de tarea y eso significa moverse rápidamente entre diferentes tareas”, afirma Devora Zack, autora de Singletasking: Get More Done (Tarea única: haga más cosas).
El cambio de tareas, advierte Zack, no solo reduce la productividad en un 40%, sino que también reduce nuestros cerebros. “Cuando sobrecargas tu cerebro tratando de que cambie de tarea, encoges la materia gris en tu cerebro”, dice ella. Esto significa que nuestros cerebros y cuerpos deben estar en el mismo lugar y enfocados en una cosa a la vez, también conocida como tarea única.
Rampton recomienda eliminar las distracciones, por ejemplo, desactivando los avisos sonoros o las ventanas emergentes, los correos electrónicos de asignación de tareas en grupo.
– Infobae
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