Únete a Nuestro Canal de WhatsApp

Errores comunes al estudiar para un examen parcial y cómo evitarlos

Por: Sandert Espinal

En los días previos a un examen parcial, es habitual dedicar muchas horas al estudio. Pero, si lo pensamos fríamente, ¿realmente has aprovechado esas horas que has pasado sentado entre los apuntes? Si eres de los que ha contestado “sí” a esa pregunta pero que últimamente acaba la semana saturado de horas, es que algo no vas haciendo bien. Si por el contrario has contestado “no”, si te concierne la tan famosa frase “voy a estudiar más horas porque el examen…”, es hora ya de que te des cuenta: lo más importante aquí no es la cantidad de horas, sino la calidad en el estudio de cada una de ellas. A continuación vamos a analizar unos cuantos de los errores más comunes al estudiar en días previos a un examen y analizaremos cómo contrarrestarlos. Es común que estudiemos mucho antes de un examen, sin embargo, cometemos el error de no estudiar bien durante el año, en cada una de las clases o, al menos, de no repasar. ¿Cómo puedo evitar esto? Al final de cada día, al salir de clase o al irme a dormir, deberé hacer un repaso de lo que se haya dado ese día. Está claro que si he estado estudiando para esa misma asignatura en días previos no será necesario hacerlo, pero si queremos evitarnos estudiar tanto no estaría de más llevar al día lo que nos vayan contando por la facultad.

💬 ¿Tienes dudas sobre la UASD? ¡Haz CLIC AQUI y resuélvelas llenando este formulario!

Falta de planificación y organización

Ya tienes la fecha de tu examen, sabes cuáles son las unidades que irán a este, pero decides seguir “relajándote” pues la fecha de tu parcial todavía no es algo “cercano”. ¡Gran error! Puede parecer que por cuánto tiempo antes inicies será suficiente, pero realmente no es así. Es mejor ser constante, repasar y estudiar un poco diario, que tener que sacrificar tus “distracciones” por días completos en la última semana. Deja de procrastinar. Cuando te enfrentas a un examen, sientes que no sabes nada. Llevas días estudiando incansablemente, pero ¿por dónde empiezas? Si esta situación te suena, lo más seguro es que no hayas distribuido adecuadamente el temario y lo hayas empezado por “el final”. Escribe todo lo que tienes que estudiar (esquematizado) por capítulos o bloques abarcables y haz como un “índice” del parcial. Esto te ayudará a organizar mejor el contenido, a planificarte el estudio diario y a tener una visión más global del temario. Lo mismo para el parcial: haz un planning del estudio con unos objetivos claros y fíjate unas recompensas cada varios bloques.

Estudiar sin comprender el material

Otra forma muy común de estudiar para un examen parcial es leer una y otra vez el material de estudio con la esperanza de no olvidarlo el día del examen. Este tipo común de leer nos hace creer que entendemos el tema, cuando en realidad estamos más pendientes de no olvidar la información que de comprender el material. Como consecuencia, durante el examen no recordaremos el contenido de forma clara y posiblemente obtendremos una mala calificación.

El error precedente se soluciona estudiando con métodos más efectivos. Existen dos formas básicas de estudiar un tema: utilizar transiciones y elaborar preguntas que ponen a prueba la comprensión del lector o bien escribir un resumen o esquema. Escribir y leer resúmenes es la técnica de estudio más conocida, pero una vez que nuestro material es muy extenso, esta tarea pasa a ser ineficiente. De esta forma, vamos a centrarnos en el uso de preguntas. Estas preguntas prueban la comprensión del lector y enseñan a identificar la información relevante. Es importante saber que no se debe subestimar el estudio de las preguntas conocidas correctamente respondidas.

En la lectura del material, se deben establecer diferentes niveles de conocimiento y realizarse preguntas sobre el contenido en cuestión al final de haber leído una serie definida de párrafos. Para ello, se lee continuamente con el fin de mantener los niveles de concentración que evitarán el informativismo. En cambio, el informativista pasa rápidamente muchas páginas sin detenerse en la lectura de párrafos y sin tener en cuenta que luego surge la necesidad de repasarlas.

No utilizar técnicas de estudio efectivas

Usualmente, al estudiar al último minuto, dedicas horas enteras repasando la misma información. Al final de cuentas, solo estás absorbiendo datos, almacénalos en tu memoria y en unas cuantas horas no te acordarás de muchos de ellos. En lugar de eso, vuélvete un certificador de aquella información a través de diferentes técnicas de estudio. No leas material técnico o científico como lees una novela, por defecto ya sabes que tienes que prestar atención completa, pero no pasa de ahí. Analiza el material que estás estudiando y utiliza técnicas de estudio. Una técnica de estudio es una metodología estructurada para dinamizar el aprendizaje de información en cualquier ámbito del conocimiento, así que, como se va formando una idea en su mente acerca de qué son, les propongo utilizar tres a la hora de estudiar un examen: resumen, resolución de ejercicios y repetición. Un error común es que los alumnos no tienen en claro qué tomar en cuenta para resumir. El buen lector utiliza siempre el proceso de subrayar al leer con el fin de retomar después solo lo más importante o lo que necesite. A continuación, los puntos a tomar en cuenta: 1. La persona que realiza un resumen activo selecciona las ideas de mayor peso de las que conforman el texto. 2. La persona que realiza un resumen activo las relaciona y las entrelaza. 3. La persona que realiza un resumen activo da luego la forma y la corrección gramatical precisa.

Falta de descanso y autocuidado

Prioriza tus horas de sueño y, si es necesario, practica relajación, la cual reemplaza horas de sueño, pero muchas veces no de la misma manera. En la adolescencia puede haber cambios en la necesidad de descanso. También intervienen elementos emocionales que afectan, en horas de vigilia, con preocupaciones, infundiendo tristeza, aprensión, con problemas de la actualidad o con cuestiones de futuro. Estos pensamientos insistentes adversos disminuyen las horas de sueño necesarias. Esto agota esfuerzos de concentración, afectando limpieza, eficiencia cualitativa, rapidez en resolución, etc. Tanto el sueño inadecuado como el excesivo en inactividad afectan la respuesta mental. Este aspecto no es neutro en la evaluación tanto oral como escrita. El sueño excesivo desactiva la alerta, ofreciendo una actitud relajada ante la tarea a realizar, lo que origina un acierto despersonalizándose de habilidades propias, penalizando la calificación. El insomnio altera el sueño necesario, perjudicando el rendimiento y obligando a recuperar esfuerzos aplazándolos hasta el trasnoche próximo. Actividades de tipo social permiten desconectar completamente de lo académico, relacionándose con amigos y familiares, y así, viviendo bien con ellos, generan un impacto positivo emocionalmente.

Recuerda evitar, en la medida de lo posible, excesivas horas de trabajo continuo, distribuyéndolo en sesiones. La internalización de los conocimientos efectuada en la rutina interna no es tanto como a veces pensamos; es muy frecuente encontrarse con detalles desconocidos en repasos, porque llegamos al parcial con el conocimiento anterior inconcluso. Es básico recordar que los parciales son objetivos o una foto por temas, que determinan el corte de un periodo de exámenes secuenciados. Aprendido debidamente, es normal y comprensible llegar al mismo con mucha menor memorización, con el consiguiente impacto emocional. Si estudiaste a diario con soltura, con la técnica del subrayado o con esquemas claros planteados, entenderás todos los conocimientos en la realización del parcial, y comprobarás que te resultará mucho más coherente y menos costoso a todos los niveles.

Depender únicamente de la memoria

Estudiar solo si se depende de la memoria entraña varios errores: el primero es que no se cimentará en la comprensión y el pensamiento crítico, lo que supone que no se recordará el texto en un tiempo largo, o tan solo le costará trabajo recordar datos aislados. El segundo es que ayuda a considerar los aspectos fundamentales si, además, se argumentan y se comprenden. Así, a la larga, se versará la materia más adecuadamente que sobre una serie de datos inconexos. Esto es así porque el cerebro necesita estructurar la información para asociarla y almacenarla.

Aprender de memoria es sinónimo de perder tiempo y de entender mal la disciplina que cursamos. Sirve para exámenes a corto plazo o para temas a los que no te das más importancia, pero no para graduar con éxito en la disciplina.

Para encontrar estrategias que te ayuden a superar el problema de memorizar las materias, describe un mapa mental, en el cual emplees principalmente la comprensión del tema y no la memorización. Un mapa mental es una herramienta que te permitirá organizar información de manera jerárquica, ejercitando los hemisferios del cerebro por su parte más fuerte. Al principio cuesta trabajo organizar mentalmente la información, pero después todo el procedimiento se vuelve automático.

No practicar con ejercicios y exámenes anteriores

Uno de los errores más frecuentes que se cometen al preparar un examen en la universidad es no practicar con ejercicios y exámenes anteriores a aquel que habremos de superar. Esto se debe, en muchos casos, a que el alumno subestima la importancia del aprendizaje a través de la resolución de problemas. El inconveniente principal radica en la tendencia estudiantil hacia un estudio fundamentalmente memorístico, recurriendo a su capacidad para aprender de memoria la solución de determinados problemas o el desarrollo de esquemas teóricos específicamente útiles para superar con éxito la prueba de evaluación, en detrimento de la capacidad para construir y razonar que permitiría abordar con éxito contenidos no previstos.

Es imprescindible estudiar a través de la realización de exámenes. Incorporar la resolución de cuestionarios en las sesiones de estudio, añadir tareas de aprendizaje autorregulado después de la exposición teórica o, simplemente, dejar que ese momento de aprendizaje y práctica en forma de autoestructuración bibliográfica, realización y corrección de ejercicios procedentes tanto del libro básico como de otros manuales o recopilaciones de problemas, son ideas sobre cómo implementar esta metodología de manera efectiva.

Consejos finales

Sean conscientes de que tiene más sentido estudiar dos o tres veces a la semana que hacerlo un día antes. Es más productivo el estudio diario distribuido que el masivo. Si estudian con la suficiente antelación, aprovechen para resolver dudas con los profesores o compañeros. No lo dejen para el final. Hagan resúmenes claros y rápidos sobre lo que han aprendido y úsenlos en las sesiones periódicas de estudio. Resuélvanlos bien. Si no se han sacado el tema de la lista de pendientes, ¿cómo pretenden saberlo el día del examen? Tengan presente la importancia de cuidarse físicamente (alimentación adecuada, descanso, actividad física). En una universidad propia o compartida con décadas de experiencia en orientación académica, es muy habitual comprobar que aquellos estudiantes que siguen unos horarios de comida regulares, realizan ejercicio físico y mantienen un descanso diario de calidad son mucho más productivos en sus estudios que otros con horarios caóticos y sueño acumulado para el fin de semana. Sean amables consigo mismos a la hora de estudiar y acepten el esfuerzo. Existen materias que llevarán más horas a los estudiantes y les costarán más, pero eso no quiere decir que no las vayan a superar.

Autor: Sandert Espinal
Este artículo ha sido escrito por mí y está protegido por derechos de autor. Queda prohibida su reproducción parcial o total sin mi autorización previa y por escrito. Para solicitar permiso, puedes contactarme directamente.

Imagen: fuente externa

Leave A Comment

CLOSE ADS
CLOSE ADS